lunes, 29 de junio de 2009

Degradación de la conciencia cívica

Por el Profesor Gustavo Lambruschini (UNER)

-¿Cómo lo lee (campaña electoral) el ciudadano que no está involucrado directamente en ningún partido político?

-A mi me parece que estamos asistiendo a una degradación muy violenta de la conciencia cívica. Los alumnos universitarios de segundo año de la carrera de Comunicación Social, y no estoy hablando de los egresados de la facultad de odontología sino los que van a ser comunicadores sociales, no saben qué se vota; no saben qué es un diputado nacional, entonces tampoco se conoce el Congreso de la Nación. Esto está revelando que hay una especie de ruptura respecto de lo que es la conciencia de lo que puede ocurrir exactamente a mi vida con lo que le está ocurriendo a la gestión del Estado, la conexión necesaria que hay entre la clase de gobierno que tenemos y lo que nos ocurre. Por lo tanto, no sólo se renuncia a participar en la política sino incluso a enterarse, simplemente, qué es lo que ocurre en ella. Entonces, tanto más puede uno permitir que el gobierno degrade las instituciones cuanto mayor es el grado de indiferencia que ocurre en la sociedad.Comparemos lo que está ocurriendo en este momento en Inglaterra. Allí se descubrió lo que para nosotros sería una especie de chiste; los representantes en el Parlamento hacen pasar como gastos personales los que son gastos de carácter individual. Fíjese que el presidente del Partido Justicialista va acompañado de los ministros del Poder Ejecutivo en el avión y en el helicóptero presidencial y con la guardia de la policía y la gendarmería, como si fuera un presidente. Esto se llama peculado. Hay una figura del código penal que se llama peculado que consiste en confiar a otro algo que no es de ese otro; el fin que tiene eso no es un fin propio, sino que tiene que ver con su función. El presidente del PJ no puede utilizar los dineros públicos para hacer campaña ni puede utilizar los bienes públicos. Esto es posible porque las personas miran Tinelli y no miran ni leen los diarios. Ahora sabemos empíricamente que el grado de conocimiento público que ha tenido De Narváez ha crecido tras su presentación en Tinelli. Hay mucha gente que está dispuesta a presenciar una suerte de Tinellización de la campaña. Lo terrible es que la Argentina era uno de los países más politizados de América Latina.

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